Abandonar un puesto de trabajo estable para comenzar un camino independiente puede ser como lanzarse al mar sin saber nadar, sin flotador o alguien que te espere para sostenerte y donde la única forma de salir adelante es ingeniartelas hasta lograr llegar a la orilla.
¿Aterrador? Claro, tan aterrador que muchas ideas se quedan solo en la mente de las personas por miedo a dejar la estabilidad y seguridad laboral. ¿Pero no es gratificante el sentimiento al lograr flotar, nadar y disfrutar el proceso?
Además de ser llamativo el hecho de materializar una idea propia, desarrollarte en lo que te apasiona y desafiarte al límite para lograrlo.Hoy gracias a las facilidades que nos entrega la tecnología y otros medios es más fácil de conseguir.
En la actualidad, renunciar a un contrato en una empresa por perseguir una idea y emprender no es algo extraño. Es más, en abril de 2018 en Chile ya existían cerca de dos millones de emprendedores y según el último estudio realizado por el Global Entrepreneurship Monitor, existen más de 580 millones de personas emprendiendo en el mundo.
Cada persona puede tener sus propias motivaciones, metas y razones, pero existen algunas que pueden considerarse globales y cualquiera que tenga en mente independizarse las puede aplicar.
Flexibilidad no significa que se trabaje menos. Es más, se podría incluso decir que un emprendedor trabaja 100 horas a la semana, o nunca deja de trabajar, pero puede hacerlo cómo, dónde y cuándo quiera.
No importa si decides trabajar 50 o 150 horas a la semana, eres tú quien elige las limitaciones. Piénsalo así: no tendrás que esperar a que tu jefe apruebe tu solicitud de vacaciones por cinco días. Puedes escapar tres semanas a la playa y trabajar con vista al mar, o solo disfrutar y alimentar tu creatividad.
En conjunto a la flexibilidad horaria, viene el self-employement o ser tu propio jefe. Ya conoces tus límites, los horarios en que más te acomoda trabajar y los lugares donde se te hace más fácil concentrarte, por ende, tu manejas la forma en la que trabajas.
Sin embargo, puede ser un arma de doble filo si no te sientes preparado para trabajar de forma consciente y responsable, por lo mismo, a la hora de decidir emprender y depender de ti mismo, es importante tener en cuenta que ahora todo lo que pase es de tu entera responsabilidad..
Por eso, el hecho de ser tu propio jefe debe convertirse en una motivación para hacer el trabajo de la mejor manera posible. Tu emprendimiento depende de ello.
Al ser emprendedor o empresario, tu sueldo ya no depende de otros. La responsabilidad de tu cheque mensual recae únicamente en ti.
Aunque sea un proceso a largo plazo, un emprendimiento te puede traer la tranquilidad financiera con la que muchos sueñan. Ya no sentirás que tu trabajo no se ve reflejado en tu cuenta.
A diferencia de lo que ocurre al trabajar para alguien, tu nivel de ingresos dependerá directamente de tu determinación, constancia, trabajo duro y éxito. No existirá nadie a fin de mes que evalúe tu desempeño y qué tanto mereces un aumento.
No es necesario contar con una idea increíble. Debes tener un plan que solucione un problema y que las personas estén dispuestas a comprar.
Tampoco debes gastar cantidades enormes de dinero para comenzar un negocio. Puedes hacer que incluso tus clientes te financien con una campaña en alguna plataforma de crowdfunding.
Tampoco necesitas contar con una oficina para reunir a quienes trabajarán contigo. O al menos no al principio. Gracias a Internet y la tecnología, el trabajo remoto es una manera bastante útil de formar un equipo incluso con personas de otros países.
¿Cuántas veces nos hemos topado con alguien que no se siente feliz en su trabajo? Si ahora mismo estás pensando en emprender es porque tienes una gran idea y necesitas moverte en lo que realmente te apasiona.
No es sorpresa que el lunes sea el día menos favorito en la semana. No porque viene justo después del descanso del fin de semana, si no que porque significa volver a la rutina de un trabajo que no te hace feliz.
Materializar tu idea y vivir de eso, se traduce en una importante satisfacción personal , porque estarás trabajando en cumplir tus propias metas, sueños y objetivos y no los de alguien más.
Como lo dijo Confucio, “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que “trabajar” un día más en tu vida”
Puedes estar trabajando en una empresa que te hace feliz, donde sus principios y valores te hacen sentido y sabes que estás haciendo algo por la sociedad. Aún así, esos logros son en gran parte de tu empresa y no 100% tuyos.
Cuando creas un negocio estás llevando tu situación al siguiente nivel, haces cosas más grandes. No solo es un un negocio, creas empleos, ayudas a la comunidad, te armas un nombre.
Sin embargo, siempre es importante poner los pies en la tierra y entender que los negocios pueden fallar, que muchas veces te consumirá el estrés y que habrán tanto días buenos como malos, pero si logras sobrepasar todos los obstáculos y convertirte en un emprendedor exitoso, estarás dejando un legado..
¿Imaginas lo fantástico que sería?
Hay más de 580 millones de personas en el mundo intentándolo, ¿Por qué no atreverse también?
Al emprender, es normal el miedo e incertidumbre, por eso, lo mejor es que te enfoques en el proceso y propósito de tu negocio. No es necesario que te apures o te precipites, las buenas ideas toman tiempo.
Trabaja con un plan y con objetivos pequeños que se cumplan en el proceso.
Avanza lento, no todo es inmediato. Camina y repasa tus pasos, finalmente te dejarán en tu destino.