El clima, la tranquilidad, la belleza, los encantos naturales, hacen que la gente opte por desplazarse a vivir a regiones. Esto se ha transformado un polo muy atractivo de inversiones.
Dejar atrás la ajetreada vida de la capital es la apuesta de muchos profesionales jóvenes; una tendencia que no han dejado de lado las inmobiliarias, cada día hay más casas y departamentos con atractivo equipamiento, equiparando las comodidades de las construcciones en la capital. “En términos generales, el mercado en regiones es bastante heterogéneo. Se observa, por ejemplo, que en las ciudades del norte la oferta inmobiliaria es más densa, es decir, se construyen muchos más proyectos de departamentos que de casas, lo que tiene que ver con que varias ciudades están en pleno borde-mar, con pocos frentes de expansión, mientras que en el sur hay condiciones geográficas que permiten que las ciudades se expandan más y que los proyectos sean de casas”, explica Fabián García, jefe de la unidad de investigación área estudios de Tinsa.
Hoy la decisión de trasladar al grupo familiar es mucho más probable que antes. Y cuando esa actividad económica surge y es visible, también se vuelve atractiva para inversionistas de usos diferentes, “así empiezan a aparecer cadenas de tiendas de retail de gran escala, clínicas, colegios, entre otros servicios, conjuntamente con barrios y ciudades. Hoy hay muy pocos lugares en Chile que no cumplen con lo que uno quiere y busca”, agrega García. La interrogante es si vivir en regiones es más caro que en la capital. ¿La respuesta? Depende del lugar, ya que hay varios fenómenos que favorecen que la estructura de las ciudades sea más cara o barata.
En el caso de Antofagasta, por ejemplo, los precios de las viviendas son altos porque el nivel de las remuneraciones que propone el mercado minero está por encima de la media, lo que hace que la disposición de pago por vivienda en la ciudad sea mayor y tienda a empujar al mercado hacia precios más elevados. En Puerto Varas se da un fenómeno distinto. “Las personas que están en cargos altos o que tienen trabajos con mejores remuneraciones suelen vivir en Puerto Varas y trabajar en Puerto Montt, debido a que el desplazamiento y los tiempos de traslado entre ambas ciudades lo permiten”, explica el experto de Tinsa.
Destaca Puerto Varas, ciudad donde se observa un auge del desarrollo de proyectos residenciales. Hace 10 años, los primeros “afuerinos” en asentarse fueron los empresarios y ejecutivos de la industria salmonera. Esa oleada dio paso a un fuerte desarrollo de conjuntos habitacionales para grupos de medianos ingresos y parcelas de agrado para profesionales jóvenes que llegaron en los últimos años, y prefieren esos parajes al ritmo intenso de Puerto Montt. Y en el último par de años se ha presenciado también un aumento de residentes adultos mayores de altos ingresos, que eligen esta ciudad por su atractivo natural, entretención y servicios, como la Clínica Alemana.
Emilio Lazo, ingeniero civil industrial, se trasladó a Puerto Varas con su familia hace tres meses. “Siempre quise hacerlo, pero el tema laboral me lo impedía. Elegimos esta ciudad porque queda a poco más de media hora de Puerto Montt, donde está mi nuevo trabajo. De vivir en un departamento pequeño en Santiago, en medio del esmog, nos mudamos a una casa con jardín y amplios espacios; es un gran cambio en nuestro estilo de vida”, relata.
La zona de Pucón sigue siendo un ícono del desarrollo inmobiliario, tanto de primera como de segunda vivienda, de Pucón, hacia el norte, se encuentra el área del Gran Concepción, “que históricamente concentra una interesante migración debido a su actividad económica. En la misma región está Chiguayante y San Pedro de la Paz, ambas con paisajes de bosques, vistas al río y terrenos interesantes”.
Acercándonos hacia el centro aparecen Rancagua y Machalí, donde la condición minera y agrícola de la VI Región ha impulsado una demanda constante y creciente de productos inmobiliarios. Dado el aún bajo costo de los terrenos respecto del valor del suelo en Santiago, quienes deciden radicarse en esta zona siguen privilegiando hacerlo en casas, lo que hace que la oferta de las inmobiliarias se concentre casi en un 70% en este mercado, como es el caso de Castro y Tagle y su proyecto Los Lirios 3, inserto en un club de golf de 18 hoyos de gran tradición en Rancagua.”Está fuera de la ciudad, rodeado por campos, pero a sólo 20 minutos de colegios y con todos los servicios básicos en la localidad de Requínoa y Los Lirios”, destaca Alejandro Tagle, gerente de Ventas de la inmobiliaria.
Pero si hace cinco años eran impensados proyectos de edificios de departamentos de alto valor, “hoy son una realidad, especialmente en la zona oriente de la ciudad, con unidades que pueden superar las UF 5.000 y los 120 m2 útiles, formatos que compiten con casas nuevas y usadas emplazadas en terrenos que pueden superar los 600 m2 y los 140 m2 construidos”, señala Sixto Briones, broker de RE/MAX Gold Rancagua. El perfil de los residentes también ha cambiado. Además de familias de la misma zona, están los profesionales que trabajan en la capital y viajan todos los días, “una casa de estas cualidades en Santiago al menos duplica nuestros precios.
Por esta razón, en las tres etapas que hemos desarrollado tenemos clientes que viajan diariamente a Santiago, pero que han privilegiado los costos y la calidad de vida, donde sus hijos pueden jugar tranquilamente dentro del condominio”, señala el ejecutivo de Castro y Tagle Inmobiliaria. Es el caso de Verónica Rodríguez. “Lo mío fue una opción personal. Me aburrí del esmog y de los tacos de Santiago. Quería una vida más apacible pero conectada con todos los servicios.Entre la gran variedad de ciudades elegí la zona de Machalí porque me encanta la naturaleza, pero a la vez estoy a una hora de Santiago”, relata la hoy profesora de inglés jubilada.
La zona costera de las regiones IV y V destaca por su desarrollo inmobiliario con tipologías de inmuebles para todo tipo de presupuesto.Papudo, La Serena y Coquimbo se han consolidado como los preferidos, tanto de santiaguinos que adquieren una segunda vivienda como de un creciente número de profesionales que se radican por motivos laborales. Tanto ha aumentado la población y el desarrollo inmobiliario que, según Martín Bruna, presidente de la CChC La Serena, la conurbación La Serena-Coquimbo se convertirá en la próxima década en la primera área metropolitana del norte de Chile con más de 500 mil habitantes.
Por ello, los desarrolladores inmobiliarios están atentos a disponer de las mejores soluciones habitacionales, acorde a las necesidades de los clientes. Cifras de la misma Cámara indican que al menos el 60% de los nuevos vecinos provienen de Copiapó, Antofagasta y Calama, comunas mineras donde las familias no encuentran las ventajas que ofrece La Serena-Coquimbo. Ecasa, por ejemplo, llegó a esta región el 2003, específicamente a La Serena. Hoy tiene los dos proyectos más emblemáticos de la IV Región. Uno de ellos es en el sector de Peñuelas, en Coquimbo, se trata de Jardín del Mar, en primera línea, al costado del Casino Enjoy.