Si bien las franquicias son empresas especializadas, existe un sector bien heterogéneo y atractivo donde invertir. Lo importante es seleccionar aquella que, por su prestigio y experiencia, respalde la inversión inicial y acompañe al franquiciado en el desarrollo y crecimiento del negocio.
Antes de tomar la decisión, la primera pregunta es averiguar cuál es la ventaja de emprender, en el escenario actual, un concepto focalizado hacia la especialización. Sin duda, hay compañías que ofrecen bajo la modalidad low cost un modelo de negocio interesante para competir aprovechando los costos conocidos, los gastos operacionales compartidos y rentabilizando todos los recursos humanos y financieros entre todos los integrantes del equipo.
Las cadenas de franquicias económicas tienen una participación de mercado importante, con una cartera de clientes que va creciendo exponencialmente por la experiencia que el cliente tiene con la marca. Esto hace que los franquiciados tengan altas expectativas y se interesen por aquellas que, por un costo acordado con el franquiciador, pueden obtener todo el respaldo, conocimiento, capacitación, promoción y ventajas de trabajar con una compañía que conoce el mercado.
Algo importante a considerar al momento de seleccionar una franquicia es que los acuerdos financieros benefician a ambas partes, tanto al franquiciado como al franquiciador. Es decir, el éxito radica en la capacidad de convertirse en socios del negocio, y que el líder no es quien encabeza la empresa sino quién es capaz de proteger a su equipo y trabajan con disciplina y entusiasmo entre todos.
Low cost o “bajo costo” no significa calidad deficiente; al contrario, hay una mayor responsabilidad de brindar un servicio de excelencia con los recursos disponibles. Así está concebido este modelo de franquicia.
Otro factor es que los clientes que ven especialización y atención personalizada en el servicio ofrecido se van fidelizando y son ellos los portadores de las buenas noticias para el negocio. Por lo general, los usuarios prefieren productos o servicios más adaptados a gustos, preferencias y necesidades, y eso no todas las franquicias lo consideran.
En el caso de una franquicia, el equipo humano es clave. Los que ofrecen el servicio se convierten en verdaderos profesionales en su rubro, con formación adecuada para orientar al cliente en sus mejores opciones de compra.
En un modelo de franquicia low cost, adaptarse a la nueva realidad es fundamental. Durante la pandemia, muchas empresas cerraron por falta de solvencia y por eso, este tipo de negocios se ha convertido en un nicho atractivo para quienes desean invertir.
Las franquicias low cost son la nueva tendencia del mercado, y establecen negocios estables, con una inversión que rápidamente puede ser recuperada. Muchos de ellos han tenido la capacidad de adaptarse a los cambios en el sector, y así buscar diversificarse en los productos o servicios que ofrecen para una mejor oportunidad de crecimiento.
Para cualquier emprendedor, la inversión a realizar siempre es un punto determinante al elegir una franquicia. La más accesible de acuerdo a las posibilidades económicas, y el posible apoyo que da el franquiciador pueden ser motivo de elegir una franquicia por sobre otra.
Las franquicias low cost en Chile supieron prosperar aún en medio de la pandemia, y en su mayoría lograron recuperar lo invertido en corto plazo. Todo va a depender de cómo se estructure el negocio y cómo se administre.
Efectivamente, el negocio inmobiliario logró adaptarse al cambio con dinamismo y rentabilidad. La pandemia y los confinamientos trajeron nuevas herramientas y la transformación tecnológica y la reducción de gastos operacionales convirtió a una oportunidad de negocio como RE/MAX en una empresa de gestión inmobiliaria atractiva y segura para invertir entre las franquicias en Chile.
La geolocalización, tour y trámites virtuales, galería digital, el nivel de alcance en redes sociales y los años de experiencia de la red a nivel mundial, han permitido un inusitado crecimiento de las oficinas RE/MAX, incluso superando las expectativas del número de transacciones realizadas por los agentes inmobiliarios.
Si bien se sigue haciendo una inversión inicial, el retorno y la llegada al punto de equilibrio a corto plazo, hacen de este modelo de negocio rentable y seguro. En ese sentido el “bajo costo” está referido a la innovación, donde el broker inmobiliario reparte los gastos y utilidades entre todo su equipo y los incentiva a generar opciones de negocio de forma eficiente. A cambio, los agentes reciben todo el know how para hacer una buena gestión y así focalizar el negocio en el cliente y sus necesidades. En definitiva, a un bajo costo, todos ganan.